Si tienes la sensación de que no sabes muy bien qué emociones sientes. O si estás apagado o, al contrario, sientes excesivamente todo con ansiedad: te puedo ayudar. Primero a reconocer qué es lo que estás sintiendo y a darle un sentido, para poder regularlo y que eso no te suponga un bloqueo o sufrimiento en tu día a día. Que te puedas sostener y acompañar por ti mismo.
Hay momentos en la vida especialmente duros, en los que nos podemos sentir muy perdidos. Cuando quizá la vida que llevabas hasta ahora de manera más o menos placentera ahora deja de tener sentido y no encuentras dónde agarrarte, es un buen momento para que alguien te coja de la mano y te ayude a enfocar el sentido y la salida de esas crisis.
Conocer la materia prima de la que estás hecho para ver cómo puedes vivir de manera más auténtica y congruente con quién tú eres. Quizá no hay necesariamente una dificultad en tu momento presente, pero sientes que hay una inquietud por conocerte mejor y explorarte.
En ocasiones vivimos momentos duros que dejan un impacto grande en nosotros. A veces de forma muy evidente, otras no tanto, aunque notamos que no somos los mismos y nuestro día a día se ve afectado. Los traumas son heridas que necesitan ser atendidas para poder cicatrizar. No podemos hacerlo solos, necesitamos de alguien que nos acompañe en ese proceso.
A veces arrastramos sensaciones desagradables desde que tenemos memoria: no me siento querido, no creo que sea suficiente, todo me da miedo, sentí siempre mucho rechazo… A menudo la historia (inconsciente) que hemos construido a partir de nuestras vivencias en la infancia nos dificulta enormemente vivir la vida adulta. Es importante entender y reparar esas heridas para que puedas sentirte más ligero y dueño de tu vida.
